El polémico numerólogo Cristian Casablanca encendió la polémica al confrontar públicamente a Karim Abu Naba’a en su propio programa televisivo. En plena transmisión en vivo, Casablanca recordó que días atrás donó más de seiscientos mil pesos a la fundación de Karim, quien posteriormente lo criticó. La tensión creció cuando decidió lanzar un reto inesperado: una carrera entre su Lamborghini y el Ferrari Enzo que Karim presume, pero que —según él— nunca aparece.
El planteamiento dejó a Karim en una posición incómoda. Mientras Casablanca destacaba la presencia constante de su lujoso Lamborghini, ironizaba con la ausencia del vehículo de Abu Naba’a, insinuando que todo era parte de un alarde vacío. Este giro convirtió la disputa en un espectáculo mediático con tintes de competencia automovilística, trasladando el debate de la beneficencia y las críticas hacia el terreno del ego y la ostentación.
Las redes sociales no tardaron en reaccionar. Seguidores de Casablanca lo aclamaron como “el verdadero príncipe del lujo”, mientras otros lo cuestionaron por usar la televisión como escenario de confrontación. Este episodio confirma que la rivalidad entre ambos personajes trasciende las diferencias personales y se instala en un espacio donde poder, imagen y extravagancia luchan por el protagonismo.