En la comunidad de Jima, provincia La Vega, una madre identificada como Ramona Vargas denunció que sus dos hijas fueron víctimas de violación sexual por parte de su padre. Una de las menores, de apenas trece años, tiene ocho meses de embarazo. Según relató la madre, el agresor habría amenazado a las niñas para mantenerlas en silencio durante al menos seis meses.
La situación salió a la luz cuando una de las menores acudió al hospital, donde el personal médico detectó el embarazo y notificó al CONANI. Tras ser interrogada, la niña reveló el abuso y fue llevada junto a su hermana a la institución, que posteriormente informó a la madre sobre lo ocurrido. Ramona confesó que desconocía por completo la situación y que las niñas temían hablar debido a las amenazas constantes del presunto agresor, identificado como Wilson Ureña.
El caso ya está en manos de la justicia, mientras la comunidad exige que se aplique todo el peso de la ley. Especialistas recuerdan que la mayoría de las agresiones sexuales contra menores son cometidas por personas cercanas que utilizan su posición de poder para manipular y silenciar a las víctimas, lo que hace esencial la vigilancia y protección constante de niños y niñas.