La tensión política en Venezuela se agudiza tras confirmarse que el número de fallecidos en las recientes protestas asciende a cinco. Manifestantes opositores al gobierno del presidente Nicolás Maduro salieron nuevamente a las calles en rechazo a lo que consideran una ruptura del orden constitucional. Los enfrentamientos se extendieron por distintas ciudades del país, dejando un saldo trágico de muertos, heridos y saqueos.
La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) anunció una nueva jornada de movilizaciones que se mantendrá desde este jueves hasta el domingo. Según sus dirigentes, el objetivo es sostener la presión ciudadana en todos los municipios, pese a la represión y los ataques registrados incluso contra miembros de la Iglesia católica. Cardenales y fieles fueron agredidos durante el culto nazareno de San Pablo, en un ambiente que refleja el desbordamiento de la violencia política.
Mientras tanto, el gobierno sostiene que la situación ha sido tergiversada por los medios y que los hechos responden a una “manifestación de amor” hacia el mandatario. Sin embargo, la realidad en las calles muestra un país dividido, golpeado por la crisis económica y social. Las redes sociales continúan siendo el principal medio para documentar la represión y las denuncias de abusos, mientras la comunidad internacional observa con preocupación el deterioro del panorama venezolano.