En el desenlace del tiroteo en Pedro Brand, los hermanos Omar y César Alejandro López Méndez perdieron la vida, dejando una estela de interrogantes en el aire. Los padres de los jóvenes ofrecieron disculpas por los daños causados por sus hijos, quienes enfrentaban acusaciones de varios asesinatos.
Con la muerte de los hermanos López Méndez, quedan sin respuesta numerosas incógnitas relacionadas con su historial delictivo. Las autoridades nunca esclarecieron cómo los jóvenes lograron escapar de la cárcel de Moca, ni se pronunciaron sobre un supuesto arsenal de armas encontrado en una finca de la zona. La persecución contra los hermanos se inició tras herir a tres agentes en Santiago, y a pesar del despliegue de más de medio centenar de policías, lograron trasladarse a la capital, donde finalmente fueron abatidos en un enfrentamiento.
En el tiroteo, en el que se efectuaron cientos de disparos, no resultó herido ningún agente policial ni ningún vecino. Los hermanos portaban dos chalecos antibalas, una pistola Glock con un cargador extendido y un fusil M16. Se les vincula con operaciones de narcotráfico en el Cibao y se sospecha de conexiones con autoridades militares y policiales.
A pesar del historial delictivo de los hermanos, sus familiares cuestionan la versión oficial del enfrentamiento. La policía nacional enfatiza que ningún delincuente puede desafiar la autoridad en la República Dominicana y asegura que no permitirá que la sociedad sea amenazada por criminales.
La muerte de los hermanos López Méndez deja en el aire una serie de verdades que algunos consideran se intentaron silenciar con su fallecimiento.