A pesar de estar recluido en el penal de máxima seguridad del Altiplano, Joaquín “El Chapo” Guzmán dirigía sus negocios desde su celda como si se tratara de una oficina personal. Así lo revelan documentos obtenidos por la periodista mexicana Anabel Hernández, afiliada al Centro de Periodismo Investigativo de la Universidad de Berkeley, quien asegura que el narcotraficante tenía acceso privilegiado y personal que facilitaba sus actividades.

En entrevista exclusiva con la periodista Cristina Londoño, Hernández explicó que los registros judiciales de 135 páginas detallan cómo Guzmán usaba a sus abogados y contactos disfrazados para enviar y recibir mensajes codificados. Uno de los hombres de confianza del capo, apodado “El Olvidado”, era el presunto enlace con jueces, políticos e incluso celebridades. Además, Guzmán mantenía contacto con otros reos de perfil criminal similar, como Sigifredo Nájera, exmiembro de Los Zetas, con quien habría discutido el uso de aviones para operaciones de tráfico.

El informe también destaca el nivel de comodidad del que gozaba el narcotraficante: otros prisioneros denunciaron que recibía desayunos calientes directamente en su celda. Pese a que el gobierno mexicano mantiene la investigación abierta, fuentes cercanas confirmaron a CNN que los documentos coinciden con los reportes oficiales de la Procuraduría General. La historia completa continúa revelando el insólito nivel de poder del capo, incluso tras las rejas.