Washington DC — El gobierno de Estados Unidos anunció que pondrá fin al Temporary Protected Status (TPS) para ciudadanos haitianos, decisión que dejará sin amparo migratorio a unas 350,000 personas. La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, indicó que el país caribeño ya no cumple los requisitos legales para mantener esa protección.

El cese de la protección entrará en vigor el 3 de febrero de 2026. Hasta esa fecha, los haitianos beneficiados por TPS deben buscar otro estatus migratorio o preparar su retorno, de lo contrario quedarán sujetos a deportación.

La decisión ha generado alarma entre defensores de derechos humanos y organizaciones comunitarias. Alertan que Haití sigue enfrentando una dura crisis: violencia de pandillas, desplazamientos masivos, inseguridad generalizada y colapso institucional. Muchos advierten que una deportación masiva podría agravar aún más la situación humanitaria en el país.

Además, la cancelación del TPS para haitianos forma parte de una ofensiva más amplia de la administración estadounidense para reducir protecciones migratorias otorgadas a ciudadanos de países afectados por crisis, en medio de una creciente presión política sobre la inmigración.

Diversos líderes comunitarios haitianos en ciudades como Miami, Nueva York y Boston expresaron su preocupación por el impacto que esta decisión tendrá en miles de familias que llevan años establecidas en Estados Unidos. Señalan que muchos beneficiarios del TPS trabajan legalmente, pagan impuestos, tienen hijos nacidos en territorio estadounidense y han construido una vida estable, por lo que una eventual deportación representaría una ruptura dramática en sus comunidades.

Abogados de inmigración recomendaron a los afectados buscar asesoría legal lo antes posible, evaluar si califican para otro tipo de estatus migratorio y mantenerse atentos a cualquier cambio en la política migratoria. Algunos sectores esperan que la decisión pueda ser impugnada en tribunales o revisada por la próxima administración, como ha ocurrido en ocasiones anteriores con el TPS para otros países.

Mientras tanto, en Haití, la noticia ha generado tensión e incertidumbre. La posibilidad del retorno de decenas de miles de personas ocurre en un contexto marcado por la inseguridad, el auge de las pandillas y una profunda crisis económica y política, lo que podría agravar aún más la ya frágil situación social del país.