El presidente francés Emmanuel Macron prometió un “no rotundo” al acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur, asegurando que Francia no lo aprobará en su estado actual. Durante un encuentro en Toulouse con representantes del sector agrícola, el mandatario afirmó que el tratado carece de cláusulas de salvaguardia y medidas espejo que garanticen igualdad de condiciones entre productores europeos y latinoamericanos.

Macron insistió en que ni los agricultores ni los consumidores franceses deben aceptar importaciones que no cumplan con las normas sanitarias y ambientales de la Unión Europea. La ministra de Agricultura, Annie Genevard, respaldó esta postura, subrayando que Francia se mantendrá firme en la defensa de su soberanía alimentaria.

El rechazo francés se suma al de Irlanda y Austria, mientras que Alemania, España y Portugal apoyan el pacto por su valor geopolítico frente a China y Estados Unidos. En medio de la presión rural y su caída de popularidad, Macron busca reafirmarse como el defensor del campo europeo y del modelo agrícola francés.

Además, el presidente francés advirtió que un tratado sin garantías sólidas podría perjudicar gravemente a los pequeños agricultores, quienes ya enfrentan altos costos y una competencia desleal. Según Macron, el acuerdo con el Mercosur, en su forma actual, “abriría las puertas a productos elaborados bajo estándares ambientales mucho menos estrictos”, lo que pondría en riesgo el futuro del sector agrícola europeo.

Mientras tanto, los sindicatos agrícolas franceses celebraron la postura de Macron, considerándola una victoria para el campo y una señal de que el gobierno finalmente está escuchando sus reclamos. Sin embargo, otros sectores más liberales dentro de la Unión Europea ven esta resistencia como un obstáculo al libre comercio y a la expansión de las relaciones con América Latina.

En el Parlamento Europeo, el debate continúa al rojo vivo. Más de 150 eurodiputados ya anunciaron que buscarán bloquear la ratificación del acuerdo, alegando preocupaciones ambientales y sociales. Todo apunta a que el futuro del pacto UE-Mercosur sigue en el aire, con Francia liderando la resistencia y marcando distancia frente a los socios más abiertos del bloque.