A partir del próximo año escolar en agosto, los estudiantes de escuelas primarias e intermedias en Florida no podrán usar sus teléfonos celulares durante toda la jornada escolar, según una nueva ley firmada por el gobernador Ron DeSantis el pasado 30 de mayo. Esta medida busca fomentar la concentración académica y reducir las distracciones tecnológicas en las aulas.

El proyecto incluye un programa piloto en seis distritos escolares para evaluar la efectividad de la prohibición. También establece restricciones para los estudiantes de secundaria, quienes solo podrán utilizar sus dispositivos con autorización del maestro y bajo las normas del distrito. En condados como Broward y Miami-Dade ya se han implementado políticas similares, respaldadas por estudios que advierten sobre los efectos negativos del uso excesivo de pantallas en la salud mental y física de los jóvenes. Padres y autoridades han respaldado la medida, señalando que es un paso necesario para mejorar el rendimiento académico y el bienestar estudiantil.

Además del impacto educativo, la ley también responde a preocupaciones de seguridad y salud. Según expertos citados en la propuesta, el uso excesivo de dispositivos móviles está asociado con ansiedad, depresión, trastornos del sueño y dificultades en el desarrollo social de niños y adolescentes. El objetivo, señalan las autoridades, no es eliminar completamente el uso de la tecnología, sino fomentar un uso responsable y supervisado en contextos educativos o de emergencia.

En el distrito escolar de Miami-Dade, por ejemplo, se aprobó recientemente un plan que promueve la gestión consciente del tiempo frente a dispositivos digitales, con el apoyo de las familias. La iniciativa contempla educación sobre el uso saludable de la tecnología y seguimiento del tiempo en pantalla como parte del currículo escolar. Mientras tanto, en Broward ya se prohibió el uso de celulares en las aulas, lo que ha sido bien recibido por parte de muchos docentes y padres.

Algunos sectores han manifestado preocupaciones sobre cómo se implementará esta normativa, especialmente en cuanto al cumplimiento uniforme entre escuelas y la posibilidad de excepciones por razones médicas o familiares. Sin embargo, el consenso general entre las comunidades escolares es que esta ley representa un avance significativo para recuperar el enfoque en el aprendizaje y reducir las distracciones tecnológicas que afectan el desempeño y la salud emocional de los estudiantes.