El Tribunal Superior de Auckland sentenció este miércoles a cadena perpetua a Hakyung Lee, madre de los menores Yuna Jo, de ocho años, y Minu Jo, de seis, por su asesinato en 2018. La condena establece que deberá cumplir un mínimo de 17 años de prisión sin posibilidad de libertad condicional.
Los fiscales demostraron que Lee administró a los niños una dosis letal de un medicamento recetado mezclado con jugo, tras lo cual colocó los cuerpos en maletas y los ocultó en una unidad de almacenamiento de la ciudad. Los restos no fueron encontrados hasta agosto de 2022, cuando una familia que adquirió el contenido del depósito en una subasta descubrió las maletas abandonadas.
Tras cometer los hechos, Lee huyó a Corea del Sur, donde cambió su identidad. Fue localizada, arrestada y posteriormente extraditada a Nueva Zelanda en 2022 para enfrentar el proceso judicial.
La defensa argumentó que la mujer actuó en medio de una profunda depresión tras la muerte de su esposo en 2017, sugiriendo un estado de insania. Sin embargo, el tribunal consideró probado que el crimen fue premeditado al tomar múltiples medidas para encubrirlo y evadir a las autoridades durante años.
El juez Geoffrey Venning calificó el asesinato como un acto “particularmente cruel” contra víctimas vulnerables. Ordenó que, inicialmente, la condenada cumpla la pena en un centro psiquiátrico especializado, hasta que sea considerada apta para ser transferida a una prisión común.
El caso, que generó conmoción nacional, ha reavivado el debate sobre salud mental, el acompañamiento a madres en duelo, la protección de menores y las obligaciones del Estado en materia de apoyo social.