La viceprimera ministra del Reino Unido y número dos del Partido Laborista, Angela Rayner, presentó su renuncia este viernes luego de admitir que no pagó los impuestos correspondientes al adquirir su segunda vivienda en Hove, Sussex del Este. La política había sostenido previamente que el error se debió a un mal asesoramiento.

Rayner, conocida por su cercanía con los sindicatos y su influencia en la izquierda laborista, también dimitió de su cargo como ministra de Vivienda tras la investigación realizada por Laurie Magnus, encargado de supervisar la ética de los ministros. El informe destacó que, aunque Rayner “actuó con integridad y con un compromiso dedicado al servicio público”, violó el código ministerial al no buscar asesoramiento fiscal adecuado antes de la compra.

Según se indicó, parte de su primera vivienda había sido transferida a un fideicomiso a nombre de su hijo, quien tiene una discapacidad permanente, un detalle que complicó su situación fiscal. Un análisis interno presentado al líder laborista, Keir Starmer, concluyó que Rayner es responsable de sus actos y que no cumplió con el código de conducta ministerial.

Este escándalo aumentó la presión sobre el gobierno laborista, obligando a Rayner a retirarse de sus funciones ejecutivas y de su posición como número dos del partido. Ahora, Starmer deberá reorganizar su equipo ministerial ante esta salida inesperada.