El gobierno de Suecia anunció que, desde el año escolar 2026, todos los estudiantes de entre 7 y 16 años deberán entregar sus teléfonos móviles al ingresar a la escuela o a actividades extraescolares, y solo los recibirán al final de la jornada. La medida, que ya se aplica de manera parcial en otros países como Francia, busca mejorar la concentración, el rendimiento académico y la seguridad dentro de las aulas.

La iniciativa forma parte de un paquete de reformas educativas que incluye cambios en la currícula, el sistema de calificaciones y la capacitación docente. La ministra de Educación e Integración, Simona Mohanson, calificó la norma como la mayor reforma educativa en más de 30 años y aseguró que será obligatoria en todo el país, sin excepciones. Expertos destacan que la medida podría servir de modelo internacional para equilibrar el uso de tecnología con el aprendizaje escolar.

La decisión surge después de que muchas escuelas suecas aplicaran restricciones informales al uso de celulares, pero los estudiantes encontraban maneras de evadirlas. Con la nueva legislación, se implementarán protocolos claros para la recolección y almacenamiento de los dispositivos, garantizando que los estudiantes no puedan utilizarlos durante las clases ni en actividades extraescolares.

Padres y docentes han reaccionado con opiniones divididas: mientras algunos celebran la medida como un paso necesario para mejorar la educación y reducir distracciones, otros critican que podría limitar la comunicación de los estudiantes y afectar su acceso a herramientas digitales útiles para el aprendizaje.

Además, la prohibición busca fomentar una mayor interacción social entre los alumnos dentro de las escuelas, alentando actividades grupales y participación en clase sin la interrupción constante de notificaciones y redes sociales. Las autoridades educativas planean evaluar los resultados de esta medida para ajustar políticas futuras y garantizar su efectividad en todo el país.

La ministra Simona Mohanson afirmó que la medida también responde a preocupaciones sobre la salud mental de los jóvenes, ya que el uso excesivo de teléfonos móviles se ha relacionado con problemas de ansiedad, depresión y dificultades de concentración. Con esta reforma, Suecia busca crear un entorno escolar más seguro, equilibrado y enfocado en el aprendizaje, estableciendo un ejemplo que otros países podrían seguir.