La campaña electoral en Estados Unidos se ha convertido en una de las más tensas de los últimos años, marcada por numerosos enfrentamientos dialécticos entre los candidatos. Kamala Harris, representante de los demócratas, y Donald Trump, por parte de los republicanos, han estado en el centro de esta controversia.
En un reciente discurso en Greensboro, Carolina del Norte, el expresidente Donald Trump volvió a hacer headlines al proponer medidas drásticas contra la inmigración. Durante su intervención, que fue recibida con aplausos por sus seguidores, Trump sugirió que se establezca la pena de muerte para los inmigrantes que asesinen a ciudadanos estadounidenses. “Tenemos que hacerlo… Estoy pidiendo la pena de muerte para cualquier migrante que mate a un ciudadano estadounidense o a un agente de las fuerzas del orden… El Congreso lo va a aprobar”, afirmó, generando un gran revuelo en el debate público.
Trump enfatizó su enfoque en la inmigración, describiéndola como “la mayor amenaza para este país”. Aunque una reciente encuesta indica que el 52% de los estadounidenses se preocupa principalmente por la economía, Trump relegó este tema a un segundo lugar, insistiendo en que la inmigración debería ser la prioridad. “Es el número uno, es el primero; la economía es el segundo y la inflación, el tercero”, dijo.
Además, Trump no escatimó en comentarios despectivos hacia su oponente Kamala Harris, afirmando: “No necesitamos otra persona con bajo coeficiente intelectual, tuvimos una durante cuatro años, no necesitamos otra”.
Con estos pronunciamientos, la campaña electoral promete seguir siendo un campo de batalla cargado de tensiones y controversias, mientras ambos candidatos luchan por el apoyo del electorado en un clima político polarizado.