Santo Domingo. – La creciente ola de feminicidios y casos de violencia de género en el país ha encendido las alarmas de las autoridades. Solo este fin de semana, al menos tres mujeres fueron asesinadas en hechos separados, lo que llevó a la ministra de Interior y Policía, Faride Raful, a convocar para este martes una reunión con el Ministerio de la Mujer, la Policía Nacional y otras instituciones, con el objetivo de definir estrategias conjuntas para enfrentar esta problemática.

Raful explicó que el plan contempla acciones integrales que van desde la educación temprana hasta la ampliación de políticas públicas para garantizar la protección de las víctimas. “Este es un tema que requiere un abordaje profundo y multidisciplinario. Hemos involucrado al Ministerio de la Mujer como órgano rector y a la Dirección Especializada en Violencia de Género de la Policía Nacional. Mañana definiremos la ruta crítica para seguir integrando más instituciones”, indicó.

La funcionaria también abordó la creciente preocupación por la violencia escolar, tras el reciente caso en el que un menor resultó herido con arma blanca a las afueras del liceo Fidel Ferrer.

Señaló que trabajan junto al Ministerio de Educación en la creación de protocolos claros para detectar, prevenir y denunciar situaciones de violencia, bullying y posibles abusos sexuales o psicológicos. “Necesitamos que maestros, psicólogos y orientadores estén atentos a cualquier señal que indique maltrato, para poder reaccionar a tiempo y proteger a nuestros niños y adolescentes”, agregó.

Violencia de género

La violencia de género es cualquier acto de agresión física, psicológica, sexual, económica o simbólica ejercido contra una persona, principalmente hacia las mujeres, por el simple hecho de serlo. Este tipo de violencia se basa en relaciones desiguales de poder entre hombres y mujeres, donde uno busca dominar, controlar o someter al otro. Se manifiesta en distintas formas, como golpes, amenazas, insultos, humillaciones, abuso sexual, control económico, aislamiento social e incluso el feminicidio. Su raíz está en patrones culturales, creencias machistas y estructuras sociales que históricamente han perpetuado la desigualdad entre los géneros.

Además, la violencia de género no solo afecta a las víctimas directas, sino también a sus familias, comunidades y a la sociedad en general, pues genera traumas emocionales, desintegración familiar y reproduce ciclos de violencia. Combatirla requiere un enfoque integral que combine educación, prevención, sanción y protección, así como políticas públicas efectivas que promuevan la igualdad de derechos y oportunidades. La concienciación social, la denuncia de los casos y el fortalecimiento de las instituciones son esenciales para erradicar este flagelo.