En una nueva entrega de Mujeres al Borde, Ingrid Gómez abrió un debate intenso sobre la reputación en redes sociales y la necesidad urgente de unidad entre mujeres. Las invitadas coincidieron en que la mayoría de los ataques, juicios y señalamientos provienen del propio género femenino, lo que debilita al colectivo y normaliza la competencia hostil. Durante la conversación, destacaron que mientras los hombres tienden a protegerse entre sí, las mujeres suelen cuestionarse, etiquetarse y agredirse públicamente.
El panel abordó también cómo las redes sociales han distorsionado las percepciones de valor y autenticidad, favoreciendo perfiles sin contenido significativo pero con gran alcance, impulsados por morbo y consumo emocional. Las participantes insistieron en que la verdadera influencia radica en la calidad del mensaje y en la capacidad de generar conexiones reales, no en la cantidad de seguidores o “likes”. Asimismo, compartieron reflexiones sobre la conveniencia de mantener la vida privada fuera del foco digital para evitar daños colaterales y preservar relaciones más sanas.
Hacia el cierre, el programa resaltó la importancia de dejar de alimentar la crítica entre mujeres y fomentar un comportamiento más solidario. Llamaron a detener el chisme, proteger la privacidad y valorar la autenticidad por encima de las apariencias. Con un mensaje final de amor propio, resiliencia y sororidad, las invitadas invitaron a “desconectarse para conectarse” y a denunciar cualquier forma de acoso digital, recordando que la unión femenina sigue siendo una tarea pendiente.