Estados Unidos anunció este jueves sanciones contra tres sobrinos del presidente venezolano Nicolás Maduro, a quienes señala de mantener conexiones directas con el narcotráfico y de colaborar con estructuras criminales que operan dentro y fuera de Venezuela. Según un comunicado del Departamento de Estado, estas medidas buscan frenar el apoyo que estas figuras brindan “al régimen corrupto e ilegítimo de Maduro”.
El gobierno estadounidense explicó que las sanciones incluyen el congelamiento de activos bajo jurisdicción estadounidense y la prohibición de realizar transacciones con ciudadanos o entidades de EE. UU. Las autoridades afirmaron que los tres señalados han utilizado su cercanía con el poder político para facilitar actividades ilícitas y beneficiar económicamente al círculo del mandatario venezolano.
Washington reiteró que continuará aplicando presión diplomática y financiera contra funcionarios y allegados del chavismo involucrados en corrupción, narcotráfico o violaciones a los derechos humanos. Además, instó a la comunidad internacional a mantenerse alerta frente a las redes criminales que, según asegura, siguen operando con protección del régimen venezolano.
Las sanciones se enmarcan en la estrategia de Washington para aislar a las figuras cercanas a Maduro que, según señalan, han contribuido al deterioro institucional y al fortalecimiento de estructuras dedicadas a actividades ilícitas. Funcionarios estadounidenses indicaron que estas acciones buscan limitar la capacidad de maniobra financiera de los involucrados y enviar un mensaje claro al entorno del presidente venezolano.
Expertos en política internacional destacan que estas medidas podrían tensar aún más las ya frágiles relaciones entre Caracas y Washington, especialmente en un contexto regional marcado por disputas diplomáticas y sanciones previas contra otros funcionarios del chavismo. Señalan además que estas decisiones suelen generar respuestas enérgicas del gobierno venezolano, que históricamente ha denunciado tales acciones como “agresiones imperiales”.
Hasta el momento, el régimen de Maduro no ha emitido una reacción oficial, pero se espera que en las próximas horas se pronuncie a través de sus voceros habituales. Analistas prevén que el gobierno venezolano rechazará las acusaciones y calificará las sanciones como un intento de desestabilización política. Entretanto, Estados Unidos reiteró que seguirá monitoreando de cerca las actividades de personas vinculadas al círculo presidencial venezolano.