El ex director de la morgue de la Escuela de Medicina de Harvard, Cedric Lodge, junto con su esposa y otros implicados, enfrenta graves acusaciones de robo y venta ilegal de partes del cuerpo humano en un escandaloso caso de red de tráfico de cadáveres

Según los documentos judiciales, Lodge, de 55 años y residente de Goffstown, New Hampshire, se habría apropiado de partes disecadas de cadáveres donados a la escuela entre 2018 y principios de 2023, sin el conocimiento ni consentimiento de la institución.

Cabezas, cerebros, piel y huesos figuran entre las partes del cuerpo sustraídas. Lodge solía llevar estos restos a su hogar, donde vivía con su esposa Denise, de 63 años. Algunos eran enviados a los compradores por correo, mientras que otros tenían la opción de visitar personalmente la morgue para seleccionar los restos que deseaban adquirir.

Este perturbador caso ha generado conmoción y repudio, revelando una red clandestina dedicada a la explotación ilegal de los restos humanos utilizados para diversos fines. Las autoridades están llevando a cabo una investigación exhaustiva para desmantelar por completo esta red y llevar a los responsables ante la justicia. La comunidad académica y el público en general esperan que se haga justicia y se tomen medidas para prevenir futuros actos tan atroces.

Muñecos de Kat's Creepy Creations

Muñecos de Kat’s Creepy Creations

Propósito de estos restos humanos robados

 

Según la acusación, los compradores los utilizaban con fines diversos, algunos más macabros que otros.

Según las autoridades, Katrina Maclean, propietaria de Kat’s Creepy Creations en Peabody, Massachusetts, habría supuestamente pagado a Lodge la suma de 600 dólares por dos rostros disecados en octubre de 2020. Esto plantea la posibilidad de que estos restos humanos hayan sido utilizados con propósitos decorativos o incluso en la industria del entretenimiento macabro.

Otro implicado en el caso, Joshua Taylor, aparentemente realizó numerosos pagos a Lodge a través de PayPal, sumando más de 37,000 dólares. Según los registros, Taylor envió un pago de 1,000 dólares con la nota “cabeza número 7” y otro de 200 dólares con el mensaje “braiiiiiins” (cerebroooos). Estos detalles sugieren que los restos humanos podrían haber sido utilizados en actividades relacionadas con el horror o la subcultura zombie.

Además de Maclean y Taylor, se acusa a otras personas de comprar y revender los restos robados. Según los fiscales, estas personas formaban parte de una red a nivel nacional dedicada al tráfico de restos humanos robados, provenientes tanto de la escuela de Harvard como de una funeraria en Arkansas.

Ver también: Según Estudios De Harvard, El Calor Afecta El Aprendizaje De Los Estudiantes