El Comité de Reglas de la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó en la madrugada de este martes el paquete de financiación parcial que podría poner fin al mayor cierre de Gobierno en la historia del país, aunque su conclusión aún no está asegurada.
El comité rechazó las enmiendas presentadas por el bloque demócrata y dio luz verde a la versión del proyecto ya aprobada por el Senado. El siguiente paso será establecer las reglas para el debate en el pleno de la Cámara —incluyendo su duración—, tras lo cual se someterá a votación final y, si se aprueba, será enviado al presidente Donald Trump para su promulgación.
Pese al avance legislativo, no hay garantías de que el cierre concluya de inmediato, pues el proceso depende de la aprobación definitiva y de la firma presidencial.
Mientras tanto, el cierre gubernamental continúa afectando severamente la operación de aeropuertos en todo el país. Las demoras y cancelaciones de vuelos siguen en aumento debido a la escasez de personal en control aéreo y seguridad aeroportuaria, sectores directamente impactados por la suspensión de fondos federales.
La secretaria de Transporte, Elaine Chao, advirtió que si el cierre se prolonga hasta el fin de semana, la situación podría empeorar considerablemente, incluso al punto de que algunas aerolíneas dejen sus aviones en tierra.
Aunque el proyecto de ley podría firmarse tan pronto como esta noche, funcionarios federales recordaron que “el cierre del Gobierno no se soluciona de un día para otro”, y las aerolíneas necesitarán varios días para restablecer su capacidad operativa plena.
Un proceso con efectos duraderos
El prolongado cierre ha afectado a cientos de miles de empleados federales, retrasado servicios públicos esenciales y generado pérdidas millonarias en distintos sectores de la economía. Analistas estiman que, aun si se alcanza un acuerdo esta semana, la recuperación logística y económica será lenta.
El paquete de financiación, una vez aprobado, cubriría parcialmente el funcionamiento de agencias federales clave, marcando un paso crucial hacia la reapertura total del Gobierno estadounidense, aunque los debates políticos sobre el presupuesto y la seguridad fronteriza continúan siendo el principal obstáculo.