El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó este martes la creación de una Fuerza de Eliminación de Pandillas (GSF, por sus siglas en inglés) que será desplegada en Haití con el objetivo de enfrentar la crisis de violencia que azota al país caribeño.

La resolución, presentada por Panamá y Estados Unidos, obtuvo 12 votos a favor y tres abstenciones, permitiendo su aprobación sin veto de miembros permanentes como Rusia y China, que en ocasiones anteriores se habían opuesto a iniciativas similares.

La nueva misión sustituirá a la Misión Multinacional de Apoyo y Seguridad (MSS), liderada por Kenia y cuyo mandato concluye este 2 de octubre. El contingente aprobado estará conformado por 5,500 efectivos militares y policiales, además de 50 civiles especializados, bajo un mandato inicial de 12 meses prorrogables. A diferencia de misiones previas, esta fuerza será financiada y dirigida directamente por la ONU, lo que le otorga un mayor grado de estabilidad y legitimidad internacional.

El presidente dominicano Luis Abinader saludó la decisión en un mensaje dirigido al país, calificándola como un logro diplomático y resaltando que República Dominicana ha impulsado constantemente la necesidad de una acción efectiva en Haití. El mandatario agradeció además a los expresidentes Leonel Fernández, Hipólito Mejía y Danilo Medina, quienes firmaron junto a él una carta enviada a los miembros del Consejo de Seguridad solicitando la aprobación de la resolución.

“Me complace informar que finalmente el Consejo de Seguridad escuchó el reclamo que venimos realizando desde hace tiempo”, expresó Abinader, destacando que la misión tendrá un mandato sólido y recursos garantizados desde el presupuesto de la ONU.

La Cancillería dominicana, encabezada por Roberto Álvarez, también jugó un papel clave en las gestiones diplomáticas que facilitaron la aprobación. Fuentes internacionales señalan que la coordinación con países del Caricom y reuniones bilaterales, incluso con Rusia, fueron determinantes para evitar un veto en el Consejo.

El mandato de la GSF contempla no solo la lucha directa contra las bandas armadas que controlan gran parte de Haití, sino también la creación de condiciones para la celebración de elecciones libres en el país. Sin embargo, expertos advierten que el plazo de un año podría resultar insuficiente para estabilizar la situación y lograr un proceso electoral viable.

Para República Dominicana, el despliegue de esta fuerza representa un respiro en medio de la creciente presión migratoria y de seguridad en la frontera, aunque el Gobierno ha aclarado que no enviará tropas a Haití, sino que colaborará de forma logística y sanitaria con la misión internacional.