Estados Unidos renovó oficialmente el acuerdo que permite la exportación de textiles desde Haití hacia territorio estadounidense sin pago de aranceles, una decisión que llega tras una votación unánime 40 a 0 del Comité de Arbitrios de la Cámara de Representantes, lo que garantiza la continuidad de un beneficio clave para la industria textil haitiana y para la estabilidad laboral en la zona fronteriza.

La medida, vinculada a la Ley HOPE/HELP, había quedado en incertidumbre desde octubre, cuando Washington anunció su posible finalización tras más de 20 años de vigencia. Sin embargo, gestiones diplomáticas sostenidas, entre ellas las del ministro de Industria y Comercio dominicano, Ito Bisonó, contribuyeron a mantener el programa activo. De acuerdo con las autoridades, la buena relación bilateral entre República Dominicana y Estados Unidos ayudó a que la revisión del acuerdo se inclinara a favor de su renovación.

La continuidad del contrato asegura que empresas textiles en Haití, como CODI con unos 18,000 empleados entre haitianos y algunos dominicanos— puedan seguir exportando a Estados Unidos sin costos adicionales, algo crucial para sostener empleos en medio de la crisis sociopolítica haitiana. Además, según analistas, el impacto beneficia indirectamente a República Dominicana al reducir la presión migratoria, pues miles de haitianos conservan una fuente de trabajo en su propio territorio.

La renovación mantiene vigente un esquema comercial integrado al marco del acuerdo RECAFTA, y representa un alivio tanto para la cadena de suministros regional como para las comunidades que dependen de la industria textil binacional. Autoridades dominicanas calificaron la decisión como “una gran noticia” para la estabilidad económica y social de la isla.

La industria textil haitiana, una de las pocas actividades económicas aún operativas pese a la inestabilidad del país, habría enfrentado un colapso inmediato de no renovarse el beneficio. Expertos en comercio advierten que un aumento en los costos de exportación habría provocado el cierre de plantas, despidos masivos y un impacto social profundo en zonas donde el empleo formal es escaso. Con la decisión de Washington, los parques industriales mantienen su ritmo productivo y conservan competitividad frente a otros mercados.

Empresarios y autoridades dominicanas resaltaron que esta renovación también favorece a las cadenas de suministro compartidas entre ambos países, ya que parte de la logística, insumos y transporte involucra territorio dominicano. De igual modo, el Gobierno valoró que la continuidad del programa contribuirá a la estabilidad regional, considerando que la pérdida de empleos en Haití podría aumentar los flujos migratorios hacia República Dominicana.