El director ejecutivo de Tesla, Elon Musk, sorprendió a los asistentes a la reunión anual de la compañía en Austin, Texas, al subir al escenario y bailar junto a varios robots durante el evento. El inusual momento simbolizó, según observadores, la estrecha relación entre la visión futurista del empresario y la apuesta tecnológica que busca posicionar a Tesla como líder en inteligencia artificial y robótica.
La reunión representó una importante victoria para Musk, luego de que los accionistas aprobaran un paquete de compensación valorado en hasta 878 mil millones de dólares a ser distribuido en los próximos diez años. Esta decisión fue interpretada como un voto de confianza hacia su liderazgo, marcado por una gestión audaz y un enfoque en la expansión hacia sectores más allá de los automóviles eléctricos.
Más del 75 % de los inversionistas respaldaron la propuesta, pese a las críticas de algunos analistas que consideraron el monto excesivo. La noticia generó un repunte de aproximadamente un 2 % en las acciones de Tesla durante las operaciones posteriores al cierre del mercado, reflejando el optimismo de los mercados ante el futuro de la compañía bajo la dirección de Musk.
Durante su intervención, el magnate reiteró que Tesla no solo es una empresa automotriz, sino una plataforma de innovación tecnológica con el objetivo de integrar inteligencia artificial, robótica avanzada y energía sostenible. “Estamos construyendo el futuro de la humanidad”, expresó Musk, en alusión a los proyectos en curso, entre ellos el desarrollo de robots humanoides y sistemas de conducción totalmente autónoma.
El evento, que combinó espectáculo y estrategia, consolidó a Musk como una de las figuras más influyentes del panorama tecnológico global. Su baile con los robots se volvió viral en redes sociales, convirtiéndose en un símbolo del equilibrio entre la ambición tecnológica y el carisma mediático que caracteriza al empresario.