Santo Domingo, 17 de junio de 2025 – El presidente Luis Abinader anunció en el programa La Semanal con la Prensa que, tras la aplicación del nuevo protocolo migratorio en 33 hospitales públicos desde el 21 de abril, se ha registrado una disminución significativa del 40–45 % en los gastos médicos asociados a la atención de parturientas haitianas. Según cifras oficiales, estas sesiones representaban hasta un 38 % del total de partos atendidos, cifra que cayó a apenas el 19 % en la semana previa a las declaraciones del mandatario .
El protocolo exige que las mujeres extranjeras presenten documentos como pasaporte, cédula legal, carta de trabajo o comprobante de residencia para recibir atención gineco-obstétrica. En ausencia de estos, solo se atiende emergencias antes de que Migración evalúe su situación.
El presidente explicó que muchas de estas mujeres llegan en condiciones precarias, sin controles prenatales, lo que obliga a su ingreso en unidades de cuidados intensivos (UCI), encareciendo el proceso.
Organizaciones de derechos humanos han manifestado preocupación ante la posible vulneración del derecho a la salud de mujeres migrantes, especialmente en situaciones de emergencia obstétrica. Algunas entidades internacionales han solicitado al Gobierno dominicano garantizar que la implementación del protocolo no se traduzca en barreras insalvables para acceder a atención médica oportuna, independientemente del estatus migratorio de las pacientes.
Mientras tanto, autoridades de salud insisten en que el objetivo no es negar atención, sino establecer un control más eficiente que evite la sobrecarga del sistema hospitalario. Señalan que la medida también busca incentivar el cumplimiento de las normativas migratorias y sanitarias, promoviendo controles prenatales regulares y planificación familiar en ambos lados de la frontera.
A nivel político, la decisión ha sido bien recibida por sectores que demandaban mayor regulación de los servicios ofrecidos a extranjeros en situación irregular. Sin embargo, críticos advierten que el protocolo podría tener efectos adversos a largo plazo si no se acompaña de acuerdos binacionales con Haití para abordar el fenómeno migratorio desde una perspectiva integral y humanitaria.