La reciente desclasificación de documentos por parte del gobierno de los Estados Unidos ha reavivado el debate sobre la vigilancia que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) ejerció sobre el expresidente dominicano Juan Bosch. Según estos archivos, Bosch fue objeto de seguimiento por parte de la agencia desde la década de 1940, debido a su activa participación en movimientos políticos e intelectuales en América Latina.

Carmen Imbert Brugal comentó que esta revelación no resulta sorprendente para quienes conocieron el contexto en el que Bosch desarrolló su carrera. Destacó que, debido a su exilio y a sus vínculos con líderes de la región como José “Pepe” Figueres en Costa Rica, Bosch fue identificado como una figura de interés para las agencias de inteligencia estadounidenses.

Uno de los aspectos más llamativos de la documentación desclasificada es que las escuchas telefónicas a Bosch aparentemente se realizaron desde el interior de su propia vivienda, lo que pone en evidencia la presencia de informantes dentro de su círculo cercano. “Antes se necesitaban métodos más rudimentarios para la vigilancia; ahora, con la tecnología, el espionaje se ha vuelto aún más sofisticado”, señaló Imbert.

La publicación de estos documentos por parte del periódico El Caribe ha generado reacciones en distintos sectores políticos e históricos del país. Figuras como el historiador Bernardo Vega han reiterado que la injerencia de la CIA en la política dominicana ha sido un hecho documentado desde hace décadas.

El interés de la agencia estadounidense en Bosch es comprensible dentro del marco de la Guerra Fría, cuando cualquier liderazgo progresista en la región era considerado una amenaza potencial para los intereses de Washington. La influencia de Bosch como político, escritor e intelectual lo convirtió en un blanco de seguimiento constante.

Este nuevo hallazgo se suma a otras revelaciones recientes sobre el papel de la CIA en eventos cruciales de la historia dominicana, incluyendo su posible relación con el magnicidio de Rafael Leónidas Trujillo en 1961. Aunque la documentación señala que la CIA facilitó armas a los conspiradores, no confirma que la agencia haya orquestado directamente el atentado.

Más allá del impacto histórico de estos documentos, el debate sobre la intervención extranjera en la política dominicana sigue vigente. La vigilancia a Bosch es solo una de las muchas historias que demuestran cómo las grandes potencias han influido en el destino de la nación.

La publicación de estos archivos continúa alimentando el interés por conocer más sobre los entresijos de la política dominicana y la constante lucha por la soberanía y autodeterminación en la región.