Alisa Perales, una niña hispana de San Bernardino, California, ha hecho historia al convertirse en la graduada más joven de Crafton Hills College en Yucaipa. Con solo 11 años, obtuvo dos títulos asociados: uno en ciencias múltiples y otro en matemáticas, manteniendo un promedio cercano a 4.0. Su trayectoria académica excepcional la llevará a ingresar a la Universidad de California en Riverside (UC Riverside) este septiembre, donde planea estudiar ciencias de la computación con la intención de dedicarse a la inteligencia artificial o la exploración espacial. Educación en casa y pasión por el conocimiento
Desde temprana edad, Alisa mostró una sed insaciable de conocimiento. A los 2 años ya leía libros completos y a los 5 resolvía problemas de álgebra. Su padre, Rafael Perales, un exabogado, decidió dejar su carrera profesional para educarla en casa a tiempo completo. Gracias a una herencia familiar, pudo dedicarse a su formación, estableciendo un riguroso horario de estudio de 8 a.m. a 4 p.m., seis días a la semana.
A los 8 años, Alisa ingresó a Crafton Hills College como estudiante especial, adaptándose rápidamente al entorno universitario a pesar de ser la más joven en sus clases. Su desempeño académico fue sobresaliente, y aunque podría haber obtenido dos títulos adicionales en física y ciencias de la computación, si hubiera permanecido un semestre más, optó por avanzar hacia nuevos desafíos.
Mirando hacia el futuro
Con su ingreso a UC Riverside, Alisa continúa su camino hacia una carrera en campos de alta tecnología. Su historia no solo destaca su talento excepcional, sino también el impacto positivo de una educación personalizada y el apoyo incondicional de su familia. Alisa es un ejemplo inspirador de cómo la pasión por el aprendizaje y el compromiso pueden abrir puertas a oportunidades extraordinarias desde una edad temprana.
Niña prodigio
Una niña prodigio es una menor que demuestra habilidades intelectuales, artísticas o académicas muy superiores al promedio de su edad. Estas niñas suelen destacarse desde temprana edad por su capacidad para aprender y dominar conceptos complejos con una rapidez sorprendente, ya sea en áreas como las matemáticas, la música, las ciencias o los idiomas. Su talento puede compararse al de adultos especializados, y muchas veces superan a sus pares, incluso en contextos universitarios o profesionales.
Además del talento natural, las niñas prodigio suelen contar con entornos que apoyan y estimulan su desarrollo, ya sea mediante educación en casa, mentores, o programas avanzados. Sin embargo, su desarrollo emocional y social también requiere atención especial, pues su madurez intelectual no siempre va de la mano con la emocional. El equilibrio entre su genialidad y una infancia saludable es clave para que puedan alcanzar su máximo potencial de manera integral.