En una emotiva entrevista del segmento En Confianza, el reguetonero Farruko abrió su corazón y relató, sin filtros, los momentos más duros de su vida. Con solo 24 años, el artista boricua confesó haber estado envuelto en el mundo de las drogas, el crimen y la desesperanza desde muy joven. Una de las escenas más impactantes de su infancia ocurrió cuando, a los cuatro años, fue tomado como escudo humano durante un tiroteo en un carwash de Puerto Rico. Aunque sobrevivió, ese episodio marcó el inicio de una infancia rodeada de violencia y calle.
Durante su adolescencia, Farruko vendía marihuana y cocaína, robaba motos para desmantelarlas y vivía entre persecuciones policiales y detenciones menores. “Llegué a ver cómo se cocinaba, yo mismo la preparaba para venderla”, confesó. A pesar de que su sueño siempre fue la música, el entorno lo arrastró hacia la criminalidad. No fue hasta el suicidio de su abuelo, una figura clave en su vida, que tomó la decisión de cambiar. “Mi abuelo se ahorcó… eso me marcó. Desde entonces, hablo con él antes de cada show”, reveló con la voz entrecortada.
Esa transformación lo llevó a salir de Puerto Rico, cambiar de equipo de trabajo y enfocarse en su carrera. La oportunidad junto a J Balvin marcó el punto de inflexión: de ahí en adelante, fue éxito tras éxito. Hoy Farruko es empresario, tiene su propia línea de relojes, un taller de autos en Miami y representa a varios artistas emergentes. Con humor también habló de su vida personal, dejando claro que su pareja es su equilibrio. “Si soy infiel, ella me lo pica”, dijo entre risas. Farruko cierra su testimonio con un mensaje claro: “La calle no es la salida. Siempre hay una oportunidad para cambiar”.