En un reciente fallo del Tercer Tribunal Colegiado de Santiago, Juan Miguel Santana fue condenado a 30 años de reclusión mayor por el asesinato de su padre, Juan Miguel Santana Ortiz. El incidente, ocurrido en el sector de Canabacoa, involucró múltiples estocadas que resultaron en la muerte del progenitor. Durante el juicio, se planteó que el imputado era inimputable debido a una supuesta violación sexual sufrida desde su niñez, pero esta alegación no fue suficiente para demostrar su condición y fue rechazada por el tribunal.

La defensa de Santana argumentó que la condena se basó en pruebas indiciarias, ya que no hubo testigos del crimen y existían muchas dudas sobre los hechos. Sin embargo, el tribunal consideró que la naturaleza del parricidio, estipulada en el artículo 299 del Código Penal, no permite excusas, lo que llevó a la imposición de la pena máxima.

A pesar de la decisión, los abogados de la defensa han anunciado su intención de apelar, argumentando que hay aspectos del juicio que merecen revisión y que no se tomó en cuenta la supuesta violencia que el joven había sufrido en el pasado.