El Tribunal Colegiado de Hato Mayor dictó este jueves una condena de ocho años de prisión contra tres hombres acusados de dedicarse a la venta de drogas en esa demarcación.

La decisión fue emitida tras un proceso en el que el Ministerio Público presentó pruebas que confirmaban las operaciones ilícitas realizadas en una vivienda que funcionaba como un improvisado colmado.

Durante el allanamiento autorizado judicialmente, las autoridades encontraron evidencias que incluían letreros con los precios y características de las sustancias controladas, lo que llevó al caso a ser denominado como “el colmadito de la sustancia controlada”. Según el Ministerio Público, este fallo constituye un precedente importante en la lucha contra el microtráfico en la región.

Los condenados fueron declarados culpables de violentar varios artículos de la Ley 50-88 sobre Drogas y Sustancias Controladas, en perjuicio del Estado dominicano. Sin embargo, la defensa de los acusados expresó su inconformidad con la sentencia y adelantó que recurrirá en apelación.

El microtráfico es la venta y distribución de drogas en pequeñas cantidades, generalmente destinada al consumo directo de los compradores. A diferencia del narcotráfico a gran escala, que se enfoca en la producción y transporte internacional de estupefacientes, el microtráfico opera en barrios, sectores o comunidades, a través de puntos de venta informales, conocidos comúnmente como “puntos de droga” o “colmados de sustancias”. Su objetivo no es mover grandes volúmenes, sino mantener un flujo constante de ventas al menudeo.

Este fenómeno suele estar estrechamente ligado a problemáticas sociales, como la delincuencia, la violencia y la deserción escolar, ya que afecta principalmente a jóvenes y comunidades vulnerables. Las autoridades lo consideran una de las principales amenazas de seguridad ciudadana, pues fomenta la dependencia a las drogas, el crimen organizado a pequeña escala y la inseguridad en los entornos donde se desarrolla.