La figura de Adriano Román Román, recordada por su historial de crímenes y polémicas, vuelve a ser tema de conversación tras revelarse nuevos detalles sobre su fortuna y entorno familiar. De acuerdo con allegados, los hijos del empresario habrían guardado silencio durante años por temor a las represalias de su padre y a su presunta red de influencias. Román, heredero del empresario farmacéutico Narciso Román, mantuvo durante décadas el control de una fortuna proveniente de la industria etílica y de la comercialización de productos farmacéuticos de alto consumo.

En los últimos años de su vida, su administradora de confianza, Tania Tabiras, habría manejado gran parte de sus bienes, algunos de los cuales estaban a su nombre. Esto provocó tensiones familiares, al punto de que sus hijos solicitaron en 2023 la conformación de un consejo de familia para supervisar el uso de los recursos. Poco después, Román contrajo matrimonio con Primavera Guzmán, decisión que habría tenido la intención de invalidar legalmente ese control. Sin embargo, el tribunal solo logró embargar las cuentas a su nombre, mientras que los fondos de la empresa Narciso Román, registrada como persona jurídica, quedaron fuera del alcance judicial.

A su muerte, las autoridades aún no han podido establecer el destino de los fondos ni el monto real de su fortuna. Se estima que las cuentas contienen cifras millonarias, pero los registros permanecen bajo discreción del Ministerio Público. El expediente del consejo familiar continúa en la Cámara Civil y Comercial de la Corte de Apelación de Santiago, mientras los hijos buscan recuperar lo que consideran su legítima herencia. “Adriano trabajó para que sus hijos no heredaran nada”, afirmó una fuente cercana, subrayando el legado de conflicto que dejó tras su muerte.