Estados Unidos. – Una imponente masa de aire ártico está golpeando gran parte del territorio estadounidense, dejando a más de 230 millones de personas bajo alerta por temperaturas peligrosamente bajas, nevadas intensas y condiciones extremas que complican la movilidad y aumentan el riesgo de accidentes.

El fenómeno climático, anticipado por meteorólogos, se extiende desde Texas hasta Maine, imponiendo mínimas récord para esta época del año. Las autoridades han advertido que las temperaturas seguirán cayendo durante la jornada, marcando una de las olas de frío más severas que ha experimentado el país en los últimos años.

En ciudades como Chicago, el termómetro marca apenas 2 grados, con una sensación térmica mucho más baja debido al viento siberiano que recorre el país. En Nueva York, la temperatura se siente en torno a los 11 grados, catalogadas como peligrosas para cualquier persona expuesta sin protección adecuada. Estados como Virginia y Washington también enfrentan condiciones críticas, con agua nieve, hielo en carreteras y cerca de 19 millones de personas en riesgo por precipitaciones invernales.

Los reportes desde distintas zonas del país señalan múltiples accidentes provocados por nieve, vientos helados y carreteras congeladas, lo que ha llevado a las autoridades a pedir máxima precaución a quienes deban desplazarse.

Expertos recomiendan vestir en capas como método efectivo para enfrentar el clima extremo: utilizar ropa térmica, cubrir cuello y extremidades, usar bufandas, gorros y botas adecuadas para evitar la pérdida de calor corporal. “No se necesitan abrigos costosos; lo importante es mantenerse aislado del viento”, recalcan los especialistas.

Las previsiones no son alentadoras. La ola de frío continuará durante el fin de semana, sin señales de alivio inmediato. Además, una nueva masa de aire polar amenaza con intensificar las temperaturas en los próximos días, afectando sobre todo las planicies del norte.

Mientras la mayor parte del país enfrenta un panorama congelante, Florida se mantiene como la “envidia nacional”, con temperaturas constantes en el rango de los 80 grados Fahrenheit. Sin embargo, incluso desde allí, los expertos envían un llamado de solidaridad y prudencia ante una ola invernal que podría prolongarse más de lo habitual.

Las autoridades piden a la población permanecer alerta, seguir las recomendaciones y evitar desplazamientos innecesarios ante un clima que continuará desafiando la vida cotidiana de millones de estadounidenses.