En una entrevista exclusiva para el programa El Rumbo de la Mañana, el economista y experto en economía energética Dr. Jaime Aristy Escuder reveló que la Central Termoeléctrica Punta Catalina ha recuperado su inversión inicial, marcando un hito histórico en el sector energético y económico de la República Dominicana.
Durante la conversación, Aristy Escuder afirmó que la planta, cuya construcción fue objeto de debates y cuestionamientos en su momento, ha generado beneficios por más de 2,500 millones de dólares, superando la inversión original estimada en 2,454 millones de dólares en menos de cinco años. “Punta Catalina ha demostrado ser una de las inversiones públicas más rentables del país”, sostuvo el economista.
El experto resaltó que la planta genera alrededor del 26% de la energía eléctrica del país, lo que la convierte en “la columna vertebral del sistema eléctrico dominicano”. Asimismo, destacó que su operación ha permitido un ahorro de más de 300 millones de dólares anuales en los costos de generación, lo que impacta de forma directa en las finanzas públicas y los bolsillos de los consumidores.
Según Aristy Escuder, este logro en Punta Catalina, refleja una gestión eficiente de infraestructura estratégica, que debe servir como modelo para futuras decisiones de inversión pública. “Es una muestra de cómo la planificación y la inversión enfocada en la rentabilidad y sostenibilidad pueden rendir frutos concretos para el desarrollo nacional”, indicó.
El análisis del economista se da en un contexto en el que el país aún enfrenta desafíos en su sistema energético, pero también refuerza la necesidad de seguir apostando por proyectos que, como Punta Catalina, representen valor a largo plazo y seguridad energética.
Con este resultado, Punta Catalina se posiciona como un símbolo de inversión inteligente, eficiencia operativa y compromiso con el desarrollo sostenible del país.
Punta Catalina
La República Dominicana continúa avanzando en su objetivo de fortalecer la seguridad energética y diversificar sus fuentes de generación. En ese proceso, infraestructuras como la Central Termoeléctrica Punta Catalina han jugado un papel estratégico, al aportar una parte significativa de la electricidad que consume el país. Su operación ha permitido reducir la dependencia de combustibles más costosos y ha mejorado la capacidad del Estado para responder a la creciente demanda energética de hogares, industrias y comercios.
Además del impacto energético, obras como Punta Catalina han sido parte de un enfoque más amplio de modernización de la infraestructura nacional. Junto con proyectos en transporte, educación y agua potable, la inversión en grandes centrales eléctricas demuestra la apuesta por consolidar un modelo de desarrollo que apoye el crecimiento económico y la estabilidad social. Si bien estos proyectos han generado debates, también han impulsado discusiones necesarias sobre transparencia, sostenibilidad y planificación a largo plazo.