En República Dominicana, el automóvil no solo es un medio de transporte, sino también un símbolo de estatus económico y político. Cada vez es más común ver en las calles vehículos de marcas lujosas como Ferrari, Lamborghini o Rolls Royce, muchos de los cuales pertenecen a empresarios, artistas, deportistas y hasta funcionarios públicos.

Según datos oficiales, para finales del año 2014, el parque vehicular del país ascendía a 3.4 millones de unidades, y dentro de esa cifra, una porción está compuesta por vehículos que superan el millón de dólares, incluyendo modelos personalizados de Shelby Cobra, Enzo Ferrari y Lamborghini Aventador. Estos autos circulan principalmente en zonas como Santo Domingo, Punta Cana y Santiago, aunque sus dueños provienen de diversos sectores sociales.

El reportaje también señala que peloteros como Robinson Canó, David Ortiz y Miguel Tejada, así como artistas como Don Miguelo y Omega, figuran entre los propietarios de estos automóviles. Sin embargo, lo que más llama la atención es que también se identifican varios funcionarios —senadores, diputados y exgenerales— con vehículos exonerados de impuestos, violando la Ley 57-96 que prohíbe la transferencia de estos vehículos durante los primeros dos años de su importación.