Un video difundido ampliamente en redes sociales ha generado indignación pública tras mostrar a un coronel de la Policía Nacional en evidente estado de alteración enfrentándose a una patrulla. Las imágenes, atribuidas al medio Diario Libre, capturan el momento en que el oficial, visiblemente exaltado y presuntamente bajo los efectos del alcohol, amenaza verbalmente a los agentes y les ordena que sean arrestados, una orden que carece de fundamento legal y que no se concretó.
El incidente no pasó a mayores, pero dejó en evidencia un preocupante patrón de impunidad entre ciertos miembros armados del cuerpo castrense. La actitud desafiante del coronel, sumada a su evidente estado de nerviosismo y aparente intoxicación, reabre el debate sobre el control interno y la salud mental dentro de las fuerzas de seguridad. La escena provocó preocupación por el riesgo que representa la combinación de poder, armas y descontrol emocional en las filas policiales.
Analistas y ciudadanos han cuestionado el silencio de las autoridades ante casos como este, en los que los protocolos parecen no aplicarse con el mismo rigor para altos rangos. La pregunta que ronda en el ambiente es contundente: ¿quién controla a quienes se supone deben garantizar el orden? Hasta el momento, no se ha informado de sanciones formales ni de una investigación oficial sobre el comportamiento del coronel implicado.
