Desde su prisión domiciliaria, la suspendida jueza Awilda Reyes Beltré, acusada de corrupción, soborno y prevaricación, reapareció públicamente para lanzar duras críticas contra el sistema judicial que la mantiene en encierro. En una entrevista ofrecida desde su residencia, Reyes Beltré evitó referirse a las sentencias que habría vendido a criminales de alto perfil, pero se presentó como una víctima del sistema y denunció presiones externas sobre los jueces. “Lo primero que debe ocurrir en este país es que la gente vuelva a creer en la ley”, afirmó, calificando al Estado dominicano como autoritario y sin ley.
La exmagistrada, centro de uno de los escándalos más graves en la historia judicial reciente, acusó al sistema de haber involucionado, señalando errores estructurales y una falta de independencia. “Hay personas no vinculadas al poder judicial que influyen en las decisiones de los jueces”, dijo, sugiriendo que la manipulación política y social ha contaminado la balanza de la justicia. Evitó mencionar directamente las acusaciones que pesan sobre ella, enfocándose en una crítica generalizada a la institucionalidad del país.
Reyes Beltré también apuntó contra su antiguo tutor, el doctor Mariano Germán Mejía, insinuando que fue abandonada por quienes antes respaldaban su carrera. Sus declaraciones, ofrecidas sin ningún tipo de arrepentimiento visible, han generado polémica entre actores del sistema judicial, quienes consideran que carece de autoridad moral para pronunciarse sobre la crisis que ella misma ayudó a desatar. A pesar de su situación legal, la exjueza parece decidida a reconstruir su imagen pública desde el mismo encierro que representa su caída.