Un acontecimiento funesto sacudió la ciudad de Tarapoto cuando una madre, en medio de un mar de lágrimas y desesperación, identificó erróneamente un cadáver como el de su propio hijo, sólo para descubrir más tarde que este último estaba vivo y en perfecto estado.

El incidente tuvo lugar en un paraje solitario de la localidad, donde la mujer se encontraba presa del dolor al identificar el cuerpo sin vida de un joven con una camiseta rosa, similar a la que solía usar su hijo. Con el corazón destrozado, la madre lloraba inconsolablemente ante lo que creía ser el trágico destino de su ser querido.

Sin embargo, la situación dio un giro inesperado cuando el supuesto difunto se presentó ante su madre, sorprendiendo a todos los presentes.

El alivio y la confusión se mezclaron en la escena, mientras la comunidad intentaba asimilar el extraordinario giro de los acontecimientos. Para la madre, fue un momento de pura dicha al abrazar a su hijo, pero para otra familia, la coincidencia fue un recordatorio amargo de la fragilidad de la vida.