A las 4 de la madrugada de este 24 de febrero, Rusia inició la invasión de Ucrania. Afirmando que la operación militar pretende “proteger a las personas de los abusos y del genocidio que son objeto por parte del Gobierno ucraniano desde hace ocho años”, Vladimir Putin inició los bombardeos bajo la mirada atónita de una comunidad internacional que le pide que se detenga en nombre de la “humanidad”.

La guerra, que venía anunciándose en las últimas semanas y meses, ha empezado. Pero para entender cómo hemos llegado hasta aquí hay que retroceder hasta el año 2013.