Después del multitudinario funeral y los emotivos homenajes que le rindió el fútbol mundial a Diego Maradona, la justicia argentina puso el balón en su campo para determinar las causas de la muerte en medio de denuncias cruzadas de familiares, allegados y médicos de que el astro no habría recibido la atención que su deteriorada salud requería.

La atención se concentraba en la figura del neurocirujano Leopoldo Luque, quien atendió a Maradona en los últimos meses y había participado junto a otros especialistas en la operación para extraerle un edema cerebral a principios de noviembre.