Washington, D.C. – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este viernes que su país y China volverán a la mesa de negociación en una nueva ronda de conversaciones comerciales que se celebrará la próxima semana en Londres. El anuncio se produce un día después de una llamada telefónica entre Trump y su homólogo chino, Xi Jinping, en la que ambos mandatarios acordaron reactivar el diálogo para buscar una salida a la prolongada guerra de aranceles.

Será la primera reunión formal entre ambas potencias desde el estallido del conflicto comercial, que ha afectado severamente los mercados globales. En abril, Washington impuso aranceles adicionales de hasta un 145% sobre una amplia gama de productos chinos, a lo que Pekín respondió con medidas similares que alcanzaron hasta un 125% en bienes estadounidenses.

El presidente Trump confirmó que la delegación estadounidense será encabezada por el secretario del Tesoro, Scottent, quien se reunirá con representantes del gobierno chino en busca de “avances concretos” hacia un acuerdo. “Estamos listos para negociar de buena fe, pero necesitamos ver reciprocidad”, declaró el mandatario.

Aunque no se han revelado los puntos específicos de la agenda, se espera que las discusiones giren en torno al comercio de tecnología, propiedad intelectual y acceso al mercado, temas que han sido los principales focos de fricción entre ambos países. Analistas internacionales ven esta nueva ronda como una oportunidad crítica para evitar una mayor escalada del conflicto.

La comunidad internacional sigue de cerca este acercamiento, dado el impacto global que ha tenido la disputa comercial entre las dos mayores economías del mundo. Desde que se intensificaron los aranceles, empresas multinacionales han enfrentado interrupciones en sus cadenas de suministro, y sectores como la tecnología, la agricultura y la manufactura han reportado pérdidas significativas. La incertidumbre también ha afectado los mercados bursátiles, con caídas frecuentes en Wall Street y otras bolsas internacionales.

Por su parte, expertos en comercio internacional advierten que, aunque el reinicio de las negociaciones es una señal positiva, el camino hacia un acuerdo definitivo será complejo. Las profundas diferencias estructurales en temas como subsidios estatales, transferencia forzada de tecnología y apertura del mercado chino podrían seguir siendo puntos de tensión. Aun así, la reanudación del diálogo abre la puerta a una posible desescalada, algo que tanto inversionistas como aliados comerciales esperan con urgencia.