En el municipio de Azua, un adolescente de 12 años se ha ganado la admiración de toda su comunidad gracias a su notable ingenio. Conocido como “el científico de Aswa”, este jovencito ha logrado diseñar y construir desde lanchas y carritos a control remoto hasta su propio sistema de aire acondicionado casero, motivado por el intenso calor de la zona. Su familia y profesores destacan su creatividad inagotable y su disciplina para convertir ideas en proyectos reales.
Desde los cinco años desarrolla inventos con materiales reciclados, piezas electrónicas y herramientas básicas. Su proceso inicia siempre con la imaginación: primero visualiza, luego dibuja y finalmente construye. Sus maestros lo apoyan proporcionándole insumos y supervisión técnica, sorprendidos por la facilidad con la que el adolescente comprende y adapta circuitos, voltajes y mecanismos complejos. Entre sus creaciones sobresale un aire acondicionado artesanal hecho con hielo seco, diodos y una caja térmica, con consumo eléctrico mínimo.
Reconocido en su liceo como “el rey de la tecnología”, el joven continúa ampliando sus proyectos y actualmente trabaja en un detector dental experimental. Su familia anhela que pueda acceder a oportunidades formales de formación en ingeniería, confiada en que su talento puede llevarlo muy lejos. Su comunidad ya ve en él a una futura promesa científica de la región.