Carlos Eduardo Ventura, un joven de 29 años al quién le apasionaba los deportes, trabajador y estar con su familia, nunca imaginó que sería otra de las víctimas de la delincuencia en el país, específicamente en Buenos Aires, Herrera, en Santo Domingo Oeste.

El día que le quitaron la vida a Ventura, este se dirigía junto a su esposa hacia su residencia que está en la calle El Sol de dicho sector, cuando fue sorprendido por dos individuos que, a punta de pistola le quitaron los celulares, pero no se conformaron con eso, le propinaron un tiro en el abdomen.