El huracán John ha dejado un rastro de destrucción en el Estado de Guerrero, donde se intensificó y volvió a alcanzar la categoría uno, causando estragos en comunidades previamente afectadas. Tras golpear la región en dos ocasiones, el fenómeno meteorológico ha cobrado la vida de al menos cinco personas, entre ellas una niña, lo que ha generado un profundo pesar en la población.
La tragedia se intensificó cuando un deslizamiento de tierra arrasó un cerro en La Sabana, resultando en la lamentable pérdida de la menor. Además, la policía ha realizado rescates heroicos, logrando salvar a 11 personas que se encontraban atrapadas en la inundación en la colonia Colosio de Acapulco. Las lluvias torrenciales transformaron las calles en ríos, complicando aún más la situación.
Los residentes han compartido sus experiencias desgarradoras, como la de Verónica Mayo, quien narró: “Quedamos sin nada. Nos cayó un árbol encima, rompió las tejas y el agua se metió en nuestra casa la noche del miércoles.” Los vientos alcanzaron velocidades de hasta 70 millas por hora, y las patrullas alertaron a la población sobre la situación crítica a través de altavoces, instando a todos a tomar precauciones.
Los ríos, como el de Atoyac, han crecido peligrosamente, lo que ha llevado a muchos, como Brenda, a entrar en acción: “Temí por mis hijos, el río sube rápido, y más que nada, por los niños pequeños.”
La alcaldesa de Acapulco, Abelina López, ha calificado la situación como crítica, con 40 colonias inundadas en la zona Diamante de Acapulco. Los caminos están bloqueados, y la carretera de Chilpancingo a Acapulco ha sido cerrada debido a deslizamientos de tierra. Como consecuencia del caos, todos los vuelos han sido cancelados en el aeropuerto local, lo que ha dejado a muchos viajeros varados y ha intensificado la crisis en esta importante zona turística.
Las autoridades continúan trabajando para ayudar a las comunidades afectadas y evaluar los daños, mientras la población enfrenta una difícil recuperación tras este devastador evento natural.