El curioso dato que guardan las icónicas habichuelas con dulce

Cada Viernes Santo, en miles de hogares dominicanos, una olla de habichuela con dulce burbujea en la estufa, llenando la casa de aromas a canela, coco y batata. Pero, ¿por qué esta tradición se mantiene viva precisamente en ese día?

Una mezcla de fe, tradición y sabor

El Viernes Santo, según la fe cristiana, es un día de reflexión, recogimiento y abstinencia de carne, en conmemoración a la pasión y muerte de Jesucristo. En República Dominicana, esta tradición religiosa se mezcla con el ingenio culinario local, dando como resultado uno de los postres más emblemáticos del país: la habichuela con dulce.

Este dulce se prepara principalmente con habichuelas rojas, leche, azúcar, batata, pasas y especias como canela y clavo dulce. Aunque suena inusual convertir un grano en postre, este platillo representa una adaptación local de los alimentos permitidos en Semana Santa, transformándolos en un símbolo cultural.

Identidad sanjuanera: Las Habichuelas con Dulce en Semana SantaMás que comida, un acto de unión

La habichuela con dulce no solo se come: se comparte. Durante el Viernes Santo es costumbre prepararla en grandes cantidades para regalar a familiares, vecinos y amigos. Es un momento de unión, de rememorar a los que ya no están, y de celebrar las raíces culturales y espirituales del pueblo dominicano.

Una tradición que trasciende generaciones

Aunque el origen exacto de esta receta es incierto, algunos investigadores creen que combina influencias africanas, españolas e indígenas, lo que la convierte en una verdadera joya de la gastronomía criolla. Y aunque hoy se disfruta en cualquier momento de Semana Santa, su momento más simbólico sigue siendo el Viernes Santo, cuando el país entero parece detenerse entre cucharadas de este dulce espeso y aromático.