Santo Domingo, RD –  José Luis Mendoza destacó este viernes la importancia de la renovación de la Ley Hope-Help y su programa complementario Hay Economic Lift Program (HELP), señalando que representan un impulso tanto para la República Dominicana como para Haití. Según Mendoza, estas leyes estadounidenses facilitan la entrada preferencial de productos, especialmente del sector textil, al mercado norteamericano, generando empleo y estabilidad económica en la región.

Mendoza explicó que la Ley Hope-Help y el HELP surgieron tras el terremoto de 2010 en Haití, con el objetivo de promover oportunidades económicas y asociativas en la isla. Estas legislaciones permitieron que industrias textiles y otras zonas francas operaran con mano de obra dominicana y haitiana, brindando empleo seguro a miles de haitianos, mientras fortalecían la inversión y supervisión dominicana. Destacó, por ejemplo, que la zona franca del Grupo Codevi emplea directamente a unas 17,000 personas de Haití.

El analista enfatizó que mantener y ampliar estas leyes es crucial para ofrecer alternativas de empleo dentro de Haití, reduciendo la migración irregular hacia República Dominicana. “Cada oportunidad de trabajo que se pierde en Haití se convierte en un incentivo para que la población busque sustento en nuestro país. La renovación de estas leyes permite que capitales, infraestructura y tecnologías se mantengan en Haití, generando riqueza y desarrollo local”, señaló Mendoza.

Asimismo, indicó que la República Dominicana, como país más desarrollado y organizado, tiene un papel clave en impulsar estas iniciativas, promoviendo tanto el orden como el crecimiento económico en la vecina nación. Mendoza concluyó que la renovación de la Ley Hope-Help debe ser vista como una estrategia de cooperación regional que beneficia a ambas naciones y contribuye a la estabilidad social y económica del Caribe.

Mendoza también resaltó que la renovación de la Ley Hope-Help no solo favorece a Haití, sino que abre oportunidades para empresarios y trabajadores dominicanos involucrados en las zonas francas y en proyectos de supervisión y gestión. Según explicó, esta cooperación regional permite fortalecer las relaciones económicas entre ambos países y consolidar empleos formales que cumplen con estándares internacionales de seguridad y remuneración.

El economista enfatizó que, para que estas iniciativas tengan éxito, es necesario que actores internacionales, especialmente Estados Unidos, mantengan su compromiso con la ley y apoyen medidas que combinen incentivos económicos con acciones firmes contra la delincuencia y las pandillas en Haití. “Es un equilibrio entre el garrote y la zanahoria: asegurar el orden y, al mismo tiempo, generar condiciones dignas de empleo para que los ciudadanos puedan prosperar en su propio país”, concluyó Mendoza.