El bullicio de unos 20 gallos y gallinas en el jardín de una vivienda en Nueva York ha generado quejas entre los vecinos, especialmente durante las madrugadas y a lo largo del día. Según algunos residentes, los cantos de las aves se han convertido en una verdadera pesadilla para quienes viven cerca, como una vecina que asegura levantarse a las 4 de la mañana para ir a trabajar y ser despertada por el ruido. “Imagínese, no da buena experiencia ni buena vista”, comentó la afectada.

El dueño y cuidador de las aves explicó que el año pasado solo había tres gallos, pero que se han reproducido, lo que ha incrementado las quejas. “Eran pollitos chiquitos que crecieron, y ahora se han multiplicado, pero no compré más ni traje más aves aquí”, aseguró. Para él, los gallos y gallinas son su terapia y se dedica el día entero a cuidar de ellas, alimentándolas con comida orgánica y manteniendo su hábitat limpio. Aunque los animales no causan daño, algunos vecinos, como los del primer piso, señalan que además del ruido, las aves representan un riesgo para la salud, temiendo la posible propagación de enfermedades como la gripe aviar.

A pesar de que el dueño sostiene que las aves son del agrado de muchos vecinos, las quejas llegaron al Departamento de Salud de la ciudad, que ya notificó al propietario para que busque una solución al problema.