El ministro de Defensa de la República Dominicana, teniente general Carlos Antonio Fernández Onofre, realizó una visita oficial a El Salvador con el propósito de conocer de cerca su modelo de seguridad interior y las estrategias implementadas para combatir la delincuencia y las pandillas.

Invitado por el gabinete de seguridad salvadoreño, Fernández Onofre participó en una jornada de trabajo en la que se trataron diversos temas relacionados con la prevención y lucha contra el crimen organizado, así como la cooperación regional y el fortalecimiento de las capacidades institucionales de seguridad.

Durante la visita también se discutió el rol de las tropas salvadoreñas desplegadas en Haití, como parte de los esfuerzos internacionales para apoyar la estabilización y seguridad en esa nación caribeña.

Esta visita forma parte de las acciones del gobierno dominicano para identificar buenas prácticas regionales en materia de seguridad ciudadana y aplicar soluciones efectivas frente a los desafíos que enfrenta el país en ese ámbito.

El ministro Fernández Onofre fue recibido por altos funcionarios del gobierno salvadoreño, quienes expusieron los pilares del Plan Control Territorial, una estrategia que ha sido clave en la reducción de los índices de criminalidad en ese país. El plan incluye el uso intensivo de tecnología, inteligencia militar y la integración de fuerzas del orden para recuperar zonas dominadas por estructuras criminales.

Además, se realizaron visitas a instalaciones de seguridad y centros de coordinación operativa, donde el ministro dominicano pudo observar de primera mano el funcionamiento del modelo salvadoreño, así como sostener intercambios técnicos con mandos militares y policiales. Se destacó el enfoque integral del modelo, que combina mano dura con programas sociales y prevención comunitaria.

Fernández Onofre valoró positivamente la experiencia y señaló que esta misión servirá de insumo para fortalecer las políticas de seguridad en la República Dominicana. Subrayó la importancia de la cooperación entre países de la región ante desafíos comunes como el narcotráfico, el crimen transnacional y la violencia urbana.