La señora Emérita Marte, madre de la pastora Elisa Muñoz víctima de una ejecución extrajudicial a manos de la Policía Nacional en el trágico caso de Villa Altagracia, expresó este lunes su profunda gratitud hacia su abogado, el Licenciado José Martínez Hoepelman, a quien definió como “una columna moral y legal” en su lucha por justicia y verdad.
En un emotivo testimonio difundido en video, Marte denunció sentirse traicionada por las decisiones judiciales recientes y reafirmó que continuará hasta el final junto al abogado Hoepelman, quien la ha acompañado desde el inicio del proceso. Expresó: “Mientras yo viva, confío en Dios pero no puedo sentarme a esperar la justicia divina. Tengo que confiar en mi abogado para que se haga justicia en la tierra, la misma suerte no tuvo la madre Joel Eusebio Díaz Ferrer quien falleció durante este tortuoso proceso sin lograr ver la justicia materializarse por la muerte de su hijo”.
“Esto es un asunto de principios y del amor de una madre traicionada”, expresó visiblemente conmovida.
La señora Marte también hizo un llamado enérgico a la sociedad dominicana y a los organismos de derechos humanos a no olvidar el caso de su hija y a mantenerse vigilantes ante las acciones de las autoridades. “No es solo por Elisa, es por todos los jóvenes y ciudadanos que pueden caer víctimas de este sistema que muchas veces protege al verdugo y silencia al inocente”, afirmó con firmeza.
Destacó además que el acompañamiento legal del licenciado José Martínez Hoepelman ha sido clave para mantener viva la esperanza de justicia, pese a las trabas y decepciones judiciales. “Él ha puesto su conocimiento, su corazón y su compromiso en esta causa, y no ha dejado que el dolor nos hunda en el silencio”, añadió Marte, agradecida.
El caso de Villa Altagracia, ocurrido en marzo de 2021, conmovió a la opinión pública tras la muerte de Elisa Muñoz y su esposo Joel Díaz, quienes fueron acribillados por agentes policiales mientras se desplazaban en su vehículo. A más de cuatro años del hecho, familiares y activistas insisten en que el sistema judicial aún no ha respondido con la contundencia que exige la gravedad del crimen.