La comunicadora Consuelo Despradel ha expresado su indignación por la actitud de algunos ministros del gobierno de Luis Abinader, quienes, según ella, no respaldan las deportaciones de haitianos en la República Dominicana. Despradel enfatizó que ciertos ministros parecen actuar más como empresarios, defendiendo la mano de obra migrante y criticando las deportaciones, en lugar de apoyar las políticas del presidente Abinader en esta materia. La comunicadora exhortó al presidente a que aclare la postura de estos funcionarios, asegurando que quienes ocupen un cargo público deben alinear sus intereses con las decisiones gubernamentales.

Mientras tanto, Despradel presentó varios titulares sobre la situación en Haití, subrayando el caos que se vive en ese país debido a la violencia de las pandillas. Aseguró que la inestabilidad en Haití representa un riesgo significativo para la República Dominicana, ya que el deterioro de la seguridad impulsa la migración irregular hacia suelo dominicano. En este contexto, mencionó la reciente evacuación de personal de la embajada de Estados Unidos en Haití tras ataques a vehículos, y el incremento de la violencia pandillera, que incluso ha afectado a las operaciones de la ONU en el país vecino.

La situación de inseguridad en Haití también ha llevado a la Organización Internacional para las Migraciones a informar sobre el desplazamiento de miles de personas en la capital, Puerto Príncipe. Según Despradel, esto refleja una situación de extrema preocupación, especialmente cuando la violencia sigue en aumento y afecta a varias comunidades vecinas de la ciudad. Destacó que, debido a estos conflictos, más de 10,000 personas han sido desplazadas en una sola semana, lo cual plantea un problema humanitario grave que puede intensificar la migración hacia la República Dominicana.

Despradel señaló que, desde hace décadas, Estados Unidos ha mantenido una política que promueve que la República Dominicana asuma gran parte de la carga migratoria haitiana. Según la comunicadora, informes del Departamento de Estado de EE. UU. abogan por que el país otorgue nacionalidad a los nacidos en suelo dominicano, independientemente de su estatus migratorio. En su opinión, esta postura impone una carga injusta sobre la República Dominicana, al tiempo que desdibuja los esfuerzos por regular la migración.

Finalmente, Despradel llamó a la unidad en la política migratoria nacional, solicitando al gobierno que actúe con firmeza para detener el tráfico de personas y regular adecuadamente la mano de obra extranjera en el país. Aplaudió las declaraciones recientes del teniente general Carlos Fernández Onofre, quien prometió actuar con severidad contra el tráfico ilegal, y exhortó al gobierno a mantener una postura clara y unificada ante los retos migratorios y de seguridad que enfrenta el país debido a la crisis en Haití.