El viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Riabkov, ha afirmado que el “fuerte impulso” hacia un acuerdo de paz en Ucrania, generado tras la cumbre entre los presidentes Vladimir Putin y Donald Trump en Alaska en agosto de 2025, se ha agotado. Riabkov señaló que las acciones de ciertos países europeos han obstaculizado las negociaciones, dificultando la resolución del conflicto.

Desde la cumbre, las tensiones han aumentado, especialmente con la posible entrega de misiles Tomahawk a Ucrania por parte de Estados Unidos, lo que Rusia considera una escalada significativa del conflicto. Putin ha advertido que tal acción podría llevar a una ruptura total de las relaciones con Occidente.

A pesar de los esfuerzos diplomáticos, las perspectivas de una resolución pacífica parecen cada vez más distantes, con el conflicto prolongándose más allá de lo previsto inicialmente.

Rusia ha enfatizado que las negociaciones de paz no avanzarán mientras ciertos países occidentales continúen apoyando el envío de armas a Ucrania. La postura rusa subraya que cualquier intento de mediar sin abordar primero lo que consideran provocaciones externas carece de viabilidad.

Expertos internacionales advierten que el agotamiento del impulso diplomático podría prolongar el conflicto, aumentando el riesgo de escaladas militares en la región del Donbás y otras áreas estratégicas. La situación genera preocupación entre países vecinos y organismos multilaterales que monitorean la estabilidad en Europa del Este.

Mientras tanto, Ucrania mantiene su postura de buscar garantías internacionales para asegurar un eventual acuerdo de paz, proponiendo a varios países como mediadores. Sin embargo, la tensión persiste, y los analistas coinciden en que cualquier solución requerirá compromisos complejos y una desescalada efectiva por parte de todas las partes involucradas.

Además, la declaración rusa podría influir en futuras rondas de sanciones y en la postura de actores internacionales clave, quienes deberán recalibrar su enfoque ante la posibilidad de un estancamiento prolongado en las negociaciones, mientras la población civil sigue siendo la más afectada por la prolongación del conflicto.