En el llamado Puente de la Esperanza, que conecta Ciudad Juárez (México) con El Paso, Texas (EE. UU.), cientos de migrantes han comenzado a colocar candados grabados con mensajes de fe, amor y agradecimiento, como símbolo de esperanza tras años de lucha por alcanzar el sueño americano.

Uno de los candados, que lleva la frase “Lo hicimos”, representa el sentimiento de familias como los Soto, quienes después de cuatro años de trámites y espera, finalmente recibieron su residencia estadounidense. “¿Qué mejor manera de celebrarlo que el día del cumpleaños de mi esposo?”, expresó emocionada la madre de familia mientras aseguraba el candado al puente.

Cerca del Consulado de Estados Unidos, otros migrantes se han acercado no solo a dejar su marca, sino también a rezar por aquellos que aún esperan una respuesta migratoria. “Vengo a pedir por todos los que aún no pueden reunirse con sus familias”, dijo una mujer mientras sostenía un rosario.

De acuerdo con el Gobierno de Estados Unidos, entre 25,000 y 30,000 personas cruzan diariamente por esta zona fronteriza, considerada una de las más transitadas del mundo junto a Tijuana. Aunque los flujos migratorios han disminuido en los últimos meses, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) reporta que los albergues de Ciudad Juárez siguen funcionando al 25 % de su capacidad.

Para muchos, colocar un candado es más que un gesto simbólico: es una promesa de perseverancia, un recordatorio de que incluso en medio de las restricciones y la incertidumbre, la esperanza sigue viva. “Se logró el objetivo. Nos vamos con la victoria”, expresó un migrante con lágrimas en los ojos, antes de cruzar finalmente hacia territorio estadounidense.