Santo Domingo.– Con la llegada del nuevo embajador de Haití a la República Dominicana, Manuel Frédéric, crecen las esperanzas de la comunidad haitiana residente en el país de que se agilicen los procesos consulares, especialmente la emisión de pasaportes, cuya lentitud y alto costo han sido una constante fuente de frustración.

Durante la jornada del jueves 29 de mayo, se observó un inusual movimiento en la sede diplomática haitiana en Santo Domingo, que coincidió con la presentación de cartas credenciales del nuevo embajador ante el presidente Luis Abinader. Mientras los servicios consulares permanecían suspendidos, decenas de ciudadanos expresaron su clamor: “Pasaportes más rápidos, más baratos y sin excusas”.

Miembros de la diáspora denunciaron que el trámite de pasaporte puede demorar hasta dos años, y su costo oscila entre 200 y 250 dólares, una cifra elevada para muchos migrantes que dependen de trabajos informales o temporales. “Siempre es una excusa diferente, siempre posponen. Necesitamos soluciones, no más promesas”, expresó uno de los afectados.

Además del restablecimiento del diálogo diplomático tras años de inestabilidad política y crisis en Haití, los ciudadanos esperan que la nueva gestión consular priorice el bienestar de los haitianos en el extranjero, facilitando trámites esenciales como el pasaporte, documento clave para la regularización migratoria y laboral en República Dominicana.

La comunidad haitiana también pidió que se mejore la atención en la sede diplomática, denunciando maltratos, largas filas y falta de información clara. “Aquí uno viene desde la madrugada y a veces ni te atienden. Solo te dicen que vuelvas otro día”, comentó un ciudadano que asegura llevar más de un año esperando su documento. La esperanza es que con el nuevo embajador se establezca un sistema más eficiente, transparente y humano.

El retorno de un representante oficial tras tres años sin embajador marca un punto de inflexión en las relaciones entre Haití y República Dominicana. Tras el magnicidio de Jovenel Moïse, la sede diplomática quedó sumida en el desorden. Ahora, con Frédéric al frente, tanto autoridades como ciudadanos esperan una gestión más cercana, que recupere la confianza de los haitianos residentes y aporte al restablecimiento del diálogo bilateral.