Costa Rica.- Un insólito operativo policial se llevó a cabo el pasado 8 de mayo en la cárcel de Pococí, cuando agentes de la Policía Penitenciaria de Costa Rica detuvieron a un gato que intentaba introducir droga al recinto. El felino, apodado “Narco-Michi” por las autoridades, llevaba adheridos a su cuerpo dos paquetes: uno con 235 gramos de marihuana y otro con 37 gramos de pasta de crack, además de papel para fabricar cigarrillos.
El Ministerio de Justicia y Paz confirmó que el animal, apodado narco michi, fue detectado merodeando cerca de uno de los fortines de seguridad del penal, lo que levantó sospechas entre los agentes. Tras su captura, la droga fue decomisada y el gato fue entregado al Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa) para su evaluación y resguardo.
El Servicio Nacional de Salud Animal, por su parte, se encargó de remover las cintas que envolvían el cuerpo del animal narco michi para no causarle daño en su piel y luego asumieron su cuidado. Ahora se encuentra bajo cuidado veterinario.
Las autoridades penitenciarias sospechan que detrás del uso del felino estaría una banda criminal que opera –dentro y fuera de la cárcel– y que el animal habría sido entrenado para ingresar y salir del penal.
Aunque la imagen ha causado asombro y cierto humor en redes sociales, las autoridades advirtieron que no es un caso aislado: ya en años anteriores se habían interceptado gatos y palomas usados como “mulas” para ingresar drogas y celulares a las cárceles del país.
El Ministerio de Justicia pondrá en marcha nuevas estrategias de seguridad en los alrededores de los centros penitenciarios, entre ellas un control más riguroso sobre los animales callejeros que suelen merodear por esas zonas.