Kamala Harris recordó con gran emotividad el instante en que comprendió que había perdido las elecciones frente a Donald Trump. Relató que recibió una llamada de su directora de campaña informándole que necesitaban 200 mil votos más, una cifra imposible de alcanzar. “Estaba en estado de shock”, confesó, al describir cómo la noticia la dejó sin palabras, repitiendo una y otra vez: “Dios mío, Dios mío, Dios mío”. La exvicepresidenta aseguró que nunca había experimentado una sensación tan abrumadora, comparable solo con el dolor que sintió cuando falleció su madre. Harris explicó que el impacto del momento fue tan fuerte que apenas podía procesarlo, al darse cuenta de que todo el esfuerzo de la campaña había llegado a su fin.
Entre lágrimas, Kamala Harris confesó que ese día comprendió la magnitud emocional y política de una derrota presidencial. “No se trataba solo de mí, sino de todas las personas que creyeron en una visión distinta para el país”, expresó, reconociendo el sacrificio de su equipo y de los millones de votantes que la acompañaron hasta el final. La ahora exaspirante dijo que el silencio que siguió a aquella llamada fue “uno de los más largos y pesados” de su vida.
Pese al dolor, Harris aseguró que aquel episodio marcó un antes y un después en su manera de entender la política y la resiliencia. “Aprendí que perder también enseña, que incluso en la derrota hay dignidad y fortaleza”, afirmó, agregando que la experiencia la motivó a seguir luchando por las causas que siempre ha defendido: la justicia social, la igualdad de oportunidades y los derechos de las mujeres.
En su reflexión final, Harris envió un mensaje a quienes se sintieron decepcionados por los resultados electorales, invitándolos a no rendirse. “El trabajo por un país más justo no termina con una elección. Continúa cada día, en cada comunidad, en cada voto y en cada voz que se levanta por el cambio”, dijo con tono esperanzador, dejando claro que, aunque perdió una contienda, no ha renunciado a su compromiso con Estados Unidos.